Estrenando netbook con WindowMaker

Este fin de semana me dio por intentar rescatar mi (no tan) viejo netbook Acer Aspire One A150, cuya batería había muerto de la noche a la mañana. Para mi sorpresa, resulta que era un error en la BIOS que evitaba que el ordenador la cargara. Tras seguir unas sencillas instrucciones, vuelve a durarme más de dos horitas sin conectar a la luz.

Pero esto no es todo. En su día le metí Ubuntu y desde las últimas actualizaciones iba insoportablemente lento. Nunca me ha gustado demasiado Ubuntu ni su tendencia a hacer lo que le da la gana de actualización en actualización, primando conquistar a los indecisos que vienen de otras plataformas.

Encima ya ni funcionaba el apt-get, surgían conflictos irresolubles que han acabado por hartarme. Así que me decidí a instalarle algo pequeño, mínimo, rápido y resultón, una combinación que ya me fue muy bien en otro viejo PC que uso con el software de emulación de órgano Hammond: Debian con Window Maker. Aquí va un pantallazo:

Bonito, ¿eh? Irresistible en su imitación de la interfaz de usuario del clásico NeXTSTEP, es un gestor de ventanas de lo más cómodo y rápido. El netbook literalmente vuela, nunca había funcionado tan bien, especialmente útil y veloz el salto entre espacios de trabajo, una maravilla.

Se paga un precio, eso sí: carece de muchas de las funcionalidades de un escritorio moderno, pero… ¿realmente hacen falta? Desde que proliferan dispositivos como los smartphones y tablets, me da la impresión de que ese concepto, Escritorio, va quedando algo caduco, y más aún en un netbook. Y estos enormes iconos y sencillos conceptos como el Dock proporcionan una inmediatez muy adecuada para este tipo de dispositivos.

Y por si fuera poco, aunque esto no es mérito de Window Maker, trasteando con las X le he sacado funciones multitáctiles al touchpad, con 1, 2 y hasta 3 dedos, como en un Mac. Quién lo diría de un viejo netbook…