Introducción

Creo que tiempo ha mi madre me dijo que aprendió esta sencilla y deliciosa receta de Ana, nuestra querida vecina de Tomelloso en las Lagunas de Ruidera. De veras que es una autentica delicia. Aún recuerdo la primera vez que la comí -tendría yo unos 8 o 9 años - y la sorprendente mezcla de sabores y texturas que descubrí.

El hecho de ser una papilla no la convierte en derecho exclusivo de bebés. En realidad no dista mucho de ser un tazón de leche con galletas. Cuanto más se aplaste la mezcla, mayor la pinta de papilla; cuanto menos se aplaste y más fría la leche, y por tanto mas crujientes las galletas, pues menos pinta de papilla.

Decir que la temperatura de la leche influye enormemente en el proceso de creación. Si bien ayuda a diluir el azúcar, una temperatura demasiado alta reblandece en exceso la galleta. Mi consejo es usar leche del tiempo, y si el tiempo es caluroso del frigorífico y si es frío calentarla una mieja.

La cantidad y proporción de ingredientes se puede variar. Para mi gusto siempre es mejor pasarse de plátano y quedarse corto de leche, que haya tropezones a tutiplén.

Ingredientes

(para un tazoncillo o plato hondo)

• 1 plátano de Canarias (si es pequeño, dos)
• De 8 a 10 galletas María
• 1 cucharada de azúcar
• 20 cl. de leche

Instrucciones

Todo se elabora en el mismo recipiente donde se consumirá la papilla. Si usamos un plato hondo la elaboración es más cómoda que con un tazón, pero no supone mucha dificultad en ningún caso.

Ayudándonos de un tenedor machacamos el plátano en el recipiente. Acto seguido machacamos también las galletas y le echamos la leche y el azúcar. Continuamos machacando con el tenedor un poquito hasta que la mezcla tenga nuestra textura preferida.

Hala, ¡¡que lo disfrutísss!!

Introducción

Esta salsa de yogur griego es una auténtica maravilla. Ya sea sola o acompañando platos como el Falafel resulta de lo más refrescante y saludable.

El yogur griego determina la suavidad y el precio de la mezcla; siempre será la mejor elección para tener el mejor resultado. Pero si prefieres ahorrarte unas pelillas y sacrificar un poco la calidad, usa yogur natural.

Ingredientes

(salsa para llenar un par de cuencos)

• 1 pepino hermoso
• 300 ml. de yogur griego
• 1 diente de ajo
• 1 cucharadita de eneldo picado
• Sal y pimienta al gusto

Instrucciones

Pelamos el pepino y lo rallamos. Acto seguido le espolvoreamos sal y lo dejamos escurrir. La sal ayudará a que pierda agua.

Picamos el ajo y lo mezclamos con el yogur, el pepino, y el eneldo. Sazonamos.

Dejamos reposar la mezcla un par de horas en la nevera.

A la hora de servirlo, le echamos encima un chorreoncillo de aceite de oliva virgen.

Introducción

El garbanzo crudo en remojo es todo un descubrimiento y la base de esta especie de hamburguesas vegetarianas. La magia de este plato es el olor que surge al mezclarlo todo: aunque tanta especia suene a locura, de repente todos los aromas se fusionan y te trasladas inmediatamente a los bulliciosos mercados de Marruecos u Oriente Medio.

Lo más complicado de esta receta es darle consistencia y que no se rompan las hamburguesitas al echarlas al aceite, pero con un poco de práctica y algunos apechusques, todo se te dará muy bien. Hay quien le echa huevo para dar consistencia; yo no, nunca, jamás.

Un consejo: procura usar perejil, cilantro y hierbabuena frescos, aunque si no hay más remedio, pues de bote.

Ingredientes

(para hacer unas 30 hamburguesitas; buen primer plato para 6 personas)

• 200 gr. de garbanzos. Ojo, nada de precocidos en bote
• 1 cebolla. Una opción muy recomendable es comprar picada congelada
• 2 dientes de ajo
• 2 ramitas de perejil fresco / 1 cucharada de perejil picado
• 2 ramitas de cilantro fresco / 1 cucharada de cilantro picado
• 2 ramitas de hierbabuena fresca / 1 cucharada de hierbabuena picada
• 1 cucharadita de cominos
• 1 cucharadita de pimentón dulce
• (opcional pero recomendable) 1/2 cucharadita de levadura
• Sal y pimienta al gusto (no te pases)
• Aceite de oliva para freir

Instrucciones

Ponemos los garbanzos en remojo 24 horas - ¿Lo había dicho ya? Si se te ha pasado haz otra comida, no vale usar garbanzos precocidos de bote o congelados, ¡no es lo mismo! Este plato se hace con garbanzos crudos, ¡crudos! Bueno, creo que ha quedado bastante claro.

Picamos la cebolla y los ajos, junto con el perejil, el cilantro y la hierbabuena. Mezclamos los garbanzos bien escurridos y a triturar todo. En el proceso vamos añadiendo el resto de especias y la levadura. Si dispones de artilugio a lo Thermomix, enhorabuena, si no, pues a darle a la batidora hasta la extenuación; la cosa tiene que quedar como una especie de paté basto, nada de trozacos de garbanzo.

Dejamos reposar la masa 1 horita en el frigorífico.

Y ahora viene lo bueno: ponemos abundante aceite caliente en la sartén y vamos haciendo con la pasta hamburguesitas que freímos hasta que se doren (no os cortéis, que queden oscuritas). Os recomiendo que no las hagáis muy gruesas: finitas están más tostaditas y ricas. Yo generalmente me ayudo de un vaso para darles la forma, con lo que me quedan aproximadamente de 8 mm. de altas y de diámetro unos 6 cm.

Se comen recién hechas y crujientitas. Generalmente se acompañan de una salsa fría en que las puedes mojar. Yo os recomiendo hacer delicioso Tzatziki. Ah, y esto es un plato de Oriente Medio, vamos, que no hace falta usar tenedor: coges una con la mano derecha (la izquierda se usa para limpiarse el culo, no para comer), la mojas en la salsita y... ¡pal buche!

Introducción

Esta receta es de Urbanita por partida doble: proviene originalmente de las magdalenas de mi abuela Urbana, del Viso del Marqués, y mi madre, siempre pragmática e innovadora, la heredó agrandando un poco el molde.

Si hiciera una encuesta a mis amigos de la infancia sobre qué es lo que más recuerdan de mi casa, apuesto a que sería este bizcocho. Siempre que íbamos a jugar a casa había un molde empezado, esperando a que le hincáramos el diente. También recuerdo con especial cariño a mi madre haciéndolo, mezclando todos los ingredientes en un enorme barreño de plástico... Yo esperaba a que echara el contenido en los moldes (hacía varios a la vez) y mi madre me dejaba rebañar el barreño... Esa mezcla de huevo, harina, azúcar y limón era deliciosa incluso cruda...

Como las buenas tortillas de patatas para mi gusto el bizcocho está más rico cuando se queda un pelín crudillo por el centro; si queda muy seco es más duro de tragar. Será cuestión de hacerlo varias veces y pillarle el truco al horno para que cada cual lo haga a su gusto.

Ingredientes

• 400 gr. de azúcar
• 6 huevos
• 4 pares de sobrecitos de polvos para soda. Urbanita siempre usa la marca "El Vesubio", que todavía se encuentra con facilidad en los supermercados. El papelito azul es bicarbonato sódico y el blanco ácido tartárico.
• Raspadura de limón. Al menos un limón, aunque si os gusta el sabor que deja (a mí me encanta) lo podéis incrementar.
• 1 vaso (20 c.c.) de aceite de girasol o de oliva suave (0.4º)
• 1 vaso (20 c.c.) de leche
• 400 gr. de harina de repostería
• (opcional) Un poquito de vainillina

Instrucciones

Nos acordamos de precalentar el horno a una temperatura media (en torno a 170º).

Se baten los huevos con el azúcar. Cuando estén bien mezcladitos, se echan los sobrecitos de soda pa que suba la cosa y se sigue removiendo, añadiendo el resto de los ingredientes: aceite, leche... La harina, al final, mezclando enérgicamente y teniendo cuidado de no dejar grumos.

La mezcla debe quedar cremosa y muy homogénea. Una vez se tenga lista, se deposita en los moldes y al horno.

De siempre hemos utilizado hornos termoventilados, que reparten muy bien el calor, pero cualquier horno vale. Ya me contará el Lerma a ver qué tal le sale con su horno solar de efecto invernadero... Según la Urbanita el tiempo de cocción será mayor y probablemente el bizcocho suba bien pero luego se hunda... En cualquier caso será comestible.

¡¡Suerte, primo!!